En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, celebrado el 15 de octubre, Ana María Romo Fonseca, coordinadora de la Bancada Naranja, subrayó la importancia de estas mujeres en el desarrollo agrícola y la lucha contra la pobreza rural.
Recordó que la Asamblea General de la ONU estableció esta fecha en 2007 para reconocer el papel decisivo de las mujeres rurales en la seguridad alimentaria y el progreso de las comunidades rurales.
Según la FAO, las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, participando en la producción de cultivos, cuidado del ganado y actividades no agrícolas que diversifican los ingresos familiares.
A pesar de este esfuerzo, Romo Fonseca advirtió que enfrentan grandes desafíos, como la falta de apoyos gubernamentales, las reducciones presupuestales y la inseguridad.
Estos factores han agravado la crisis del campo mexicano, especialmente en Zacatecas, donde la migración ha generado una “feminización” del campo, dejando a las mujeres a cargo de la producción y el bienestar familiar.
Romo Fonseca destacó que el acceso desigual a la tierra, recursos y financiamiento coloca a las mujeres rurales en desventaja frente a los hombres.
En Zacatecas, casi el 47% de la población está vinculada al medio rural, pero el despoblamiento y la migración han aumentado las dificultades para las mujeres.
Finalmente, hizo un llamado a fortalecer el marco normativo en apoyo a la producción agropecuaria y al bienestar de las mujeres rurales.
“Si ellas tuvieran el mismo acceso a la tierra, tecnología y financiamiento, la producción agrícola aumentaría significativamente y podríamos reducir el hambre en el mundo”, afirmó Romo Fonseca, destacando la necesidad de impulsar políticas públicas con perspectiva de género en el campo.