Jay Langadinos se arrepintió de someterse al cambio de sexo, que incluyó terapia hormonal y extirpación de senos, útero y ovario, por lo que demandó al psiquiatra que autorizó el tratamiento tras una sola consulta.
Jay Langadinos, de Nueva Gales del Sur, Australia, está demandando a su psiquiatra por negligencia profesional, luego de que aprobó su terapia hormonal para cambio de sexo tras una sola consulta.
Y es que la mujer, que ahora tiene 31 años, había decidido hacer la transición para cambiar de sexo y convertirse en hombre a los 20 años, y ahora se arrepiente de su decisión.
Dijo que conoció al psiquiatra Patrick Toohey el 7 de mayo de 2010. Señaló que, desde muy pequeña y conforme iba creciendo, nunca se identificó como una mujer.
De acuerdo con Daily Mail, la mujer le dijo al médico que “siempre había sentido que era un niño en lugar de una niña”, según la demanda presentada en la Corte Suprema de Nueva Gales del Sur.
Toohey evaluó a Jay para determinar si era apta para el tratamiento de transición y, luego de una sola reunión, dictaminó que sufría de disforia de género y aprobó la terapia hormonal.
Jay indicó que había quedado devastada después de que hizo la transición a hombre. Le extirparon los senos, el útero y los ovarios. Aseguró que quedó con “lesiones y discapacidades” después de la cirugía. Afirmó que Patrick Toohey no tomó suficientes precauciones durante la transición.
En documentos judiciales vistos por Daily Mail Australia, Jay alega que se hizo la recomendación a pesar de que él admitió que tenía fobia social y que no sabía que “los factores psicológicos podrían influir en el resultado de la transición de género”.
Añadió que Toohey recomendó “fuertemente” que Langadinos recibiera terapia social y familiar, aunque no recibió ninguna de las dos. A pesar de esto, el médico luego aprobó cirugías para extirparle los senos y la matriz como parte de la transición.
Ahora, con 31 años, Langadinos está demandando a Toohey por negligencia profesional y afirma que no tomó las precauciones necesarias durante su transición.
En su declaración de reclamo, Langadinos indicó que Toohey debería haberse dado cuenta de que podría ser autista y referirla a un especialista para que la evaluara más.
También dijo que su fobia social debería haber sido tratada antes de cualquier terapia hormonal y que no le dieron ninguna información sobre cómo la transición afectaría su fertilidad.
Langadinos afirmó que las cirugías la han dejado sufriendo con “lesiones y discapacidades” y enumeró varios problemas que ha enfrentado “como resultado de la negligencia”, incluyendo la masculinización como resultado de la terapia hormonal, la pérdida de sus senos, útero y ovarios.
También citó complicaciones de la terapia hormonal, como la menopausia temprana, la ansiedad y la depresión.
Langadinos dice que su funcionamiento psicológico está deteriorado y su capacidad de empleo ha disminuido debido a la transición.
En una entrevista con The Age y The Sydney Morning Herald , Langadinos alegó que Toohey fue negligente y agregó: “Saber que no puedo tener hijos es absolutamente devastador”.
La oficina de Toohey se negó a comentar cuando el Daily Mail Australia se acercó.
Según los documentos presentados por Langadinos, después de su primera reunión, Toohey notó que había estado angustiada en la escuela primaria por tener que vestirse como una niña.
También señaló que ella tenía una manera de “marimacho”, se sentía atraída sexualmente por las mujeres, no tenía amigos y sus padres “no aceptaban sus problemas transgénero”.
En una carta a un becario de andrología en el Hospital General de Repatriación de Concord, Toohey admitió que Langadinos tenía “un historial previo de fobia social y depresión significativas que pueden haber ido más allá de la disforia de género”.
Fue hasta 2020 que Langadinos se dio cuenta de que “no debería haberse sometido a la terapia hormonal ni a la primera y segunda cirugía”.
En enero de 2020, también recibió consejos sobre cómo finalizar el tratamiento con testosterona.
Langadinos dijo que tenía una vida hogareña complicada y que la atracción por las chicas la llevó a sentirse “defectuosa” a los 17 años.
Buscando respuestas en línea, se encontró con disforia de género y pensó: “eso es lo que tengo”.
Sin embargo, dijo que su transición la llevó aún más a la infelicidad.
“A medida que crecía mi infelicidad, sentí que la causa de mi infelicidad era porque no era hombre, así que la respuesta fue cambiar mi cuerpo aún más”, estableció.
“Tuve un colapso, no pude funcionar durante todo un año. No podía levantarme de la cama. Ojalá supiera en ese momento cuánto me dolía y por qué”, señaló.
La abogada Anna Kerr, de la Clínica Legal Feminista de NSW, remitió el caso de Langadinos a la firma legal Slater and Gordon.
“Podemos esperar ver un extenso litigio en los próximos años relacionado con las hormonas y cirugías cruzadas de afirmación de género”, expresó.