La Comisión Federal de Electricidad (CFE), hará algunos cambios en las formas de pago del recibo de luz. A continuación, te presentamos cuáles son los cambios en la forma de pago de CFE.
La CFE anunció que dejará de utilizar las tarjetas de pago inteligentes, a partir de mayo de este 2023. Los usuarios de esta tecnología, tendrán que migrar a otras formas de pago.
Desde mayo, las únicas formas de pago serán la aplicación CFE Contigo, pagos en línea, en bancos, establecimientos participantes y con los recibos de papel CFE.
Otra opción de pago son los CFEMáticos, que son cajeros de CFE donde se puede realizar el pago directamente. En la Ciudad de México hay más de 82 establecimientos en las 16 alcaldías.
¿Cómo funcionaban las tarjetas inteligentes de CFE?
Las tarjetas de pago inteligentes comenzaron a utilizarse hace nueve años, aproximadamente. En su momento, represento una forma novedosa y práctica de pagar el recibo de CFE.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la tecnología que utilizaba se hizo obsoleta, y resultaba poco práctica para los usuarios.
Las tarjetas de pago inteligente requerían que el usuario tuviera un medidor de luz electrónico. Además, la modalidad cambiaba, y era necesario hacer el pago de manera mensual y no bimestral.
En este caso, el usuario pagaba el día que más le convenía. Las opciones eran los días 1, 5, 10, 15, 20 o 25 de cada mes.
Para pagar, era necesario que el cliente pasara la tarjeta inteligente frente al medidor, para hacer la lectura. Después, tenía que acudir a una sucursal de CFE o a un cajero de CFE para hacer el pago.
Una vez hecho el pago, el usuario debía regresar a su casa y pasar la tarjeta inteligente frente al medidor electrónico, durante unos 20 segundos, para que el dispositivo también registrara el pago.
En caso de no pagar en los 10 días posteriores a la fecha de corte, el servicio de luz se suspendía de manera automática. El medidor podía reactivarse, hasta que se hiciera el pago correspondiente.
La tarjeta inteligente sólo funcionaba con los medidores electrónicos. Además, en caso de extravío, se tenía que pagar 41 pesos para la reposición.
De los beneficios destacables de este sistema, era que el usuario pagaba lo que consumía. La CFE no tenía que realizar estimaciones del consumo, pues la tarjeta lo hacía directamente en el medidor.
Otro punto a favor, era que, en caso de corte del servicio, el usuario podía hacer la reconexión, al realizar el pago correspondiente.