Esta sospecha de asesinato fue revelada por la periodista estadunidense Alanna Nash (Louisville, Kentucky, 1950) en el libro “The Colonel: The Extraordinary Story of Colonel Tom Parker and Elvis Presley” que vio a la luz en 2003 (Simon & Schuster).
Dicen que detrás de una enorme fortuna existe un crimen igual de grande…
Quien vio la película “Elvis”, protagonizada por Austin Butler como El Rey del Rock & Roll y Tom Hanks en el papel de su aprovechado representante “El coronel” Tom Parker, de seguro se quedó “picado” por conocer más acerca de éste siniestro tipo que manejó la carrera de Elvis desde que tenía 20 años cuando en 1955 comenzaba a cantar y lo explotó –cintas “churro” incluidas-- hasta su muerte, a los 42 años, un 16 de agosto de 1977.
Algo que no aparece en la película “Elvis” es que la insólita huida de “El coronel” Parker de su país desde Róterdam, Países Bajos, rumbo a los Estados Unidos en mayo de 1929, pudo deberse a que posiblemente cometió un crimen violento contra una mujer recién casada vendedora de frutas y verduras en su ciudad natal, Breda, Holanda. Su nombre: Anna van der Enden, quien tenía 23 años y a quien le arrancaron los sesos a golpes de mazo.
Esta sospecha de asesinato fue revelada por la periodista estadunidense Alanna Nash (Louisville, Kentucky, 1950) en el libro “The Colonel: The Extraordinary Story of Colonel Tom Parker and Elvis Presley” que vio a la luz en 2003 (Simon & Schuster). El título en español: “El coronel: la extraordinaria historia del coronel Tom Parker y Elvis Presley”.
Un caso para “La araña”
Aunque Alanna Nash no posee pruebas, fue más allá que los otros biógrafos de Presley en su investigación sobre los orígenes del falso “coronel” Tom Parker en Holanda, y descubrió que, una vez en Estados Unidos, había desertado del ejército gringo, fue confinado y dado de baja, siendo declarado un “psicópata”.
Pero vayamos a la historia de Alanna Nash, tomada de una entrevista para el sitio www.elvis.com.au, el oficial en Australia de Elvis Presley:
“Bien, antes que nada, la teoría del asesinato es solo eso, una ‘teoría’. Se basa en evidencia circunstancial y alguien en Holanda apuntó su dedo contra él [“el coronel” Parker] acusándolo del hecho, a través de una carta anónima al periodista Dirk Vellenga, quien documentó los orígenes de Parker en Breda, Países Bajos.”
En 1988, Dirk Vellenga escribió con Mick Farran “Elvis and the Colonel (New York: Delacorte Press). Retoma Alanna su relato:
“Resulta claro que la carta creía de todo corazón eso que el escritor o la escritora de la misma misiva decía, basada en lo que a él o ella la familia le había contado. Dirk era un periodista meticuloso y creía también que el crimen era cierto. Yo opino [dice Nash] que la gente quien me critica por haber desarrollado esta idea, o quien dice que yo acusé [al “coronel” Parker] de haber cometido el asesinato, no sabe leer.
“En ninguna parte de mi libro digo que él lo hizo. Yo simplemente ofrezco esa evidencia circunstancial y dejo que el lector decida. Yo incluso expreso de manera bastante enfática que no hay evidencia forense para conectar a Parker con el asesinato, pero sí que existen un buen número de factores que necesitan ser considerados a la luz de la fecha de su desaparición [de Holanda] y su negativa para nunca más volver a Europa.
“Ciertamente Parker vivió su existencia como un hombre quien tenía algo horrendo que ocultar, que actuaba presa del miedo y que nunca pudo arreglar sus problemas migratorios, a pesar de que poseía un mundo de oportunidades y medios legales para hacerlo. Pero jamás llenó los papeles para obtener un pasaporte ni para conseguir la ciudadanía de EU. Yo documenté eso en mi investigación. Su pasado, cualquiera que éste realmente haya sido en su amplitud, lo perseguía como fantasma. Y por supuesto que dicha carencia de pasaporte se convirtió en un grave problema para él cuando Elvis quiso viajar y presentarse en giras musicales por el extranjero.”
Alanna Nash cita entonces que Lamar Fike (1935-2011) le telefoneó a ella contándole que había sacado el tema en cuestión con la familia holandesa de “el coronel” Parker hacia 1980. Lamar había conocido a Elvis Presley desde 1954 y estuvo con éste en 1958 cuando fue reclutado para cumplir con su servicio militar en Friedberg, Alemania (donde de acuerdo a algunas fuentes, Lamar le presentó a Priscilla Ann Beaulieu Wagner, de 14 años, su futura esposa), convirtiéndose a su vuelta en 1960 como uno de los guaruras y cuates del círculo denominado “La mafia de Memphis”. Abunda Alanna:
“Acabo de transcribir esa cinta. Aquí está lo que [Lamar] me dijo: ‘Le pregunté a su hermana [Adriana] sobre eso y ella me dijo: ‘Mira, nosotros de plano no decimos nada acerca de eso’ y yo dije: ‘Okey’, entonces me sentí incómodo y tuve que dar marcha atrás’. Lamar creía de todo corazón en aquella historia del asesinato. Me dijo: ‘Nunca existieron dudas de que él [Parker] no la hubiese asesinado.”
La carta anónima a la que hace referencia Alanna Nash fue enviada a un periódico de Breda 51 años después de que la mujer fue asesinada. Sin embargo, jamás pudo probarse la culpabilidad de “El coronel” Thomas Andrew Parker (cuyo verdadero nombre era Andreas Cornelis van Kuijk, cariñosamente llamado “Drier” o “Andre” por su abandonada familia holandesa). Anna van der Enden era la joven esposa de un verdulero y tenían su tienda en la calle Brochstraat 31 de Breda.
En suma, la también autora de “Elvis and The Memphis Mafia” (1994) y de “Baby, Let’s Play de House: Elvis Presley and The Women Who Loved Him” (2010), éste sobre las chicas que amaron al Rey, concluye:
“Parece ser que ‘Andre’ van Kuijk se hallaba en Breda el fin de semana cuando Anna fue asesinada. Él había sido entrenador de perros, así que sabía muy bien que la policía empleaba pastores alemanes para olfatear pistas de los criminales. Pudo perfectamente conocer que si rociaba una bolsa llena de pimienta confundiría el olfato de los canes. El crimen de Anna fue demasiado violento…”
El 17 de mayo de 1929 la mujer fue asesinada con posibles golpes de una barra de metal. Casi seguro que “Dries” conocía a la víctima, pues él y Anna iban a la misma iglesia. Se supone que el crimen se cometió a la misma hora cuando huyó rumbo a los Estados Unidos. Un estibador de los muelles de Róterdam dijo que el futuro “coronel” Parker siempre andaba corto de feria.
Misterio sin resolver
Alanna Nash fue de las pocas reporteras que vio el féretro abierto de Elvis Presley el 18 de agosto de 1977.
Desde entonces quedó intrigada del por qué “el coronel” Parker había asistido al funeral en Graceland vestido de una camisa hawaiana azul de manga corta y un sombrero de Panamá, fumando habano y justificándose de su atuendo, porque según él “a Elvis no le habría gustado que tú te presentaras de corbata a su entierro”.
Lo que se supo después fue que el tal Parker vistió con ese ropaje pues quiso abrirse paso entre los dolientes, alejándolos con el fin de apartar a Vernon Presley, padre de Elvis, y hacerle firmar en privado un contrato donde garantizaba para sí mismo la mitad de las futuras ganancias de su empresa, Elvis Presley Enterprises, como antaño, en el pensamiento gatopardo de que “los discos de Elvis valen más muerto o igual que cuando vivía”.
Pero no iba a quedarse con los brazos cruzados la viuda de Elvis, Priscilla Beaulieu, quien se había divorciado del Rey del Rock & Roll en 1973 habiendo procreado en 1968 a la pequeña gran heredera, Lisa Marie Presley. Priscilla demandó al “coronel” Parker por “malos manejos” y diez años más tarde, en 1983, le ganó este juicio.
Dineke Dekkers, en abril de 1967, publicó “Tom Parker… ¿americano o holandés?” en “It’s Elvis Time”. Y a partir de la muerte de Elvis, comenzó a saberse del antes desconocido pasado holandés de Tom Parker, gracias a los dos tomos de la biografía de Peter Guralnick que vieron a la luz en 1998. Alanna Nash apenas es citada en el segundo, “Careless Love. The Unmaking of Elvis” (Little Brown. “Amor descuidado. La deconstrucción de Elvis”). El argumento de la película “Elvis” a este respecto fue tomado por el director australiano Baz Luhrmann y sus tres libretistas, principalmente del capítulo “El secreto del coronel. Enero de 1961 a enero de 1962”, de Guralnick.
En circulación desde hace poco más de dos décadas, el volumen de Alanna Nash a su vez ha provocado polémicas contrastantes por seguir de cerca los pasos a ese tipo enigmático nacido en 1909 y que fuera declarado “psicópata” por el ejército estadunidense. No obstante, la teoría de “el coronel” asesino ha sido generalmente acogida como verdadera, pero sin fundamento… y así continúa desde que “el coronel” murió en 1997.
“Sí, pudo ser una coincidencia –dice Alanna sobre la muerte de la chica en Holanda y la huida de Parker--, por supuesto. No digo sin reserva que él haya matado a esta mujer. Lo ofrezco como teoría, una posibilidad.
Incluso su familia holandesa admite esa posibilidad, aunque creen como yo que si él la mató fue un accidente.
“Diré que [Parker] tenía una maravillosa habilidad para compartimentar hechos y sentimientos en su mente. Si alguna cosa le preocupaba demasiado, estaba listo para almacenarla en la parte oscura de su conciencia, pero siempre tenía problema para mantenerla allí. Ciertamente cualquier cosa que le haya sucedido en Holanda lo llevó a abandonar a su familia, con la que tenía lazos muy cercanos, y simplemente los cortó, por lo cual debió de haber sido aquel un hecho de naturaleza muy grave. Los extrañaba, pero nunca quiso informarles de sus problemas a ninguno en su familia (...)”
Si la periodista Alanna Nash charló hasta en tres ocasiones con Tom Parker en Las Vegas, intriga que jamás le preguntó: “¿Por qué dejaste Holanda, por qué cambiaste de identidad, por qué nunca escribiste a tu familia en Breda?”. Quizás ella nunca tuvo los elementos para interrogarle si se enamoró de una mujer vendedora de frutas y verduras de Breda en 1929, menos aún si él mató acaso para robar su tienda y huir a EU. El caso se cerró.
¿Acaso Alanna se dejó seducir por ese viejo apostador a quien califica de ser un “muy carismático”? Habrá quien piense en secreto que Parker “le llegó al precio”, acusación de poco peso si tomamos en cuenta que ella posee maestría en la Universidad de Columbia y es una profesional del “The New York Times”, sacando en 1978 su exitosa biografía de la cantante Dolly Parton, “Dolly”, y que ha conseguido promover con fortuna proyectos serios como “Golden Girl: The Story of Jessica Savitch” (1988), acerca de una periodista de noticias de la NBC fallecida a los 36 años --libro que inspiró la película “Up Close & Personal” (1996).
Alanna Nash se metió a fondo en el tema de El Rey del Rock & Roll, publicando en 1995 “Elvis Aaron Presley: Revelations from the Memphis Mafia”. En 2008, escribió también “Elvis: From Memphis to Hollywood”. En la contraportada de su libro “Nena, juguemos a la casita” (HarperCollins) fue descrita como “la primer periodista que vio a Elvis Presley en su ataúd”.