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Hinckley se arrepiente de atentado contra el expresidente Reagan en 1981

El atentado dejó paralítico al secretario de prensa de Reagan, James Brady, quien falleció en 2014. Además, dejó heridos a un policía y a un agente del Servicio Secreto.


El hombre que hirió de un balazo al presidente estadounidense Ronald Reagan en 1981 expresó remordimiento por sus acciones y afirmó el martes que no recuerda las emociones que tenía el momento en que perpetró el atentado donde otras tres personas resultaron heridas.


John Hinckley Jr., quien quedó libre de toda supervisión judicial hace pocos días, dijo a CBS Mornings, en su primera entrevista televisada desde que obtuvo su libertad, que se arrepiente por todas las vidas afectadas por sus acciones.


"Me siento mal por todos ellos. Siento un genuino remordimiento por lo que hice", declaró Hinckley. "Sé que probablemente ellos no me pueden perdonar ahora, pero solo quiero que sepan que me arrepiento de lo que hice".

Cuando se le preguntó qué sentimientos lo llevaron a perpetrar el atentado, Hinckley respondió que ni se acuerda ni quiere acordarse.


"Esa fue otra vida. No podría decirte qué emoción sentí cuando (Reagan) salió del edificio, no podría decirte", afirmó Hinckley. Luego añadió: "Eso es algo que yo no quiero recordar".


Hinckley tenía 25 años y sufría de una aguda psicosis cuando le disparó a Reagan frente a un hotel en Washington. El atentado dejó paralítico al secretario de prensa de Reagan, James Brady, quien falleció en 2014. Además, dejó heridos a un policía y a un agente del Servicio Secreto.


Hinckley fue hallado inocente por enfermedad mental y pasó décadas en un hospital psiquiátrico en Washington. Al inicio de los 2000 empezó a visitar a la casa de sus padres en Williamsburg, Virginia. En 2016 se le permitió vivir con su madre a tiempo completo, aunque con ciertas restricciones, luego que expertos coincidieron en que su enfermedad mental llevaba décadas en remisión.


En meses recientes vive solo con su gato en un apartamento alquilado en la zona, según documentos judiciales. Su madre falleció en julio.


Por un tiempo, no se le permitió poseer una pistola, usar drogas, beber alcohol o contactar a familiares de sus víctimas. Pero un juez dijo que levantaría dichas restricciones si Hinckley permanecía estable. Las restricciones fueron levantadas el 15 de junio.

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