La aparición de las “Tau Herculidas” es tan inusual que huye del término común de una lluvia de meteoros, te contamos por qué
La lluvia de estrellas más atípica está apunto de avistarse, o esa es la expectativa de astrónomas y astrónomos, que no han perdido la pista de "73P/Schwassmann-Wachmann 3 (SW3)", el cometa que iluminó a la Tierra, en 1995, como ningún otro lo había hecho. Ahora se espera que entre la madrugada de hoy y la de mañana, vuelva a aparecerse ante nuestros ojos.
Si te has preguntado, cuando un fenómeno astronómico está por suceder, si además de ti, hay otras personas que suben a sus azoteas en búsqueda de los más impresionantes cuerpos celestes, ten por seguro que esta noche habrá centenares de especialistas en astronomía con la misma expectativa que tú.
Se trata de la lluvia de meteoros “Tau Herculidas”, producida por el cometa "73P/Schwassmann-Wachmann 3 (SW3)", pero su aparición en el cielo es tan inusual que huye del término común de una lluvia de meteoros más que tiene lugar mensualmente. Todas y todos estamos ávidos que esta sea la noche en que vuelva a hacerse presente, ya que la última vez que lo hizo con una intensidad sin dimensión fue en 1995.
¿Qué sabemos del cometa “SW3”?
En 1930, los investigadores alemanes Arnold Schwassmann y Arno Arthur Wachmann observaron un nuevo cuerpo celeste que respondía a las características de un comenta; constituido por rocas, polvo y partículas de hielo que orbitaba alrededor del Sol.
Más tarde, la NASA descubrió que "73P/Schwassmann-Wachmann 3" giraba alrededor del Sol cada 5,4 años, aproximadamente. Durante los años que comprendieron 1935 y hasta 1974, apareció en el cielo más de ocho veces, superando el promedio de apariciones en las que frecuentaba acercarse a la atmósfera terrestre.
Para su próximo acercamiento a nuestro planeta en 1985, las y los especialistas en astronomía le perdieron la pista, pues se trataba de una clase de meteoro de baja intensidad, lo que quiere decir que pese a que se fije en el cielo, por la mínima magnitud con la que brilla puede llegar a ser imperceptible a simple vista.
No fue sino hasta principios de 1990, cuando su paradero fue identificado de nueva cuenta. Para mayo de 1995, la astronomía esperaba su llegada sin percances ni apariciones pomposas. Sin embargo, una serie de fanáticos que seguían su avistamiento notificaron a la Central de Telegramas Astronómicos la presencia de un cometa con una cola de polvo de 1° de largo, se trataba de “SW3”.
La magnitud con la que invadió el cielo nocturno fue impresionante, pues brilló 6,5 magnitudes más de lo previsto, 400 veces sobre lo esperable. En esa ocasión, el cometa se fragmento en cuatro partes, de acuerdo con los análisis realizados en el Observatorio Europeo Austral en La Silla, Chile.
En sus próximas apariciones en el cielo (en el 2000, 2006 y 2011), si bien brilló con intensidad dejó de hacerlo paulatinamente.
¿Qué esperar de su avistamiento en mayo?
Si bien, se trata de una lluvia de estrellas de baja intensidad, lo que produce que, eventualmente, brille con potencia, es la participación de nuestro planeta. En efecto, es la Tierra la que permite que “SW3” atraviese aumentos de actividad. Esto ocurre durante el movimiento de traslación de la Tierra, pues hay instantes en los que se acerca a zonas con nubes de gran densidad, en las que el cometa deja fragmentos de polvo y rocas que lo constituyen.
Esta intensidad es conocida como “estallido”, el último estallido de “SW3” tuvo lugar en 1952 y se espera que entre la madrugada del 30 al 31 de mayo se genere el próximo gran estallido, ¿estás lista y listo para presenciarlo?
Un estudio, firmado por el fisiólogo molecular Hartwig Lüthen, los astrónomo Rainer Arlt y Michael Jäger, en mayo de 2022, la Tierra pasará muy cerca de uno de los cuatro fragmentos que “SW3” dejó a su paso en 1995. Es la primera vez que se cruzarán en 25 años. Sin embargo, no se puede predecir la ruta que estos fragmentos han tomado, por eso mismo la astronomía no ha podido asegurar la aparición de la lluvia de estrellas en las próximas noches. Todo depende de si los escombros se han extendido lo suficiente por delante del cometa para interactuar con nuestro planeta.
¿Cómo ocurre una lluvia de meteoros?
En entrevista realizada en abril, el astrofísico José Franco explicó que, a lo largo del año, ocurren diferentes lluvias de estrellas. Pero estos fenómenos no ocurren por si solos, sino que nuestro planeta interviene, por así llamarlo, para que se efectúen. Esto ocurre mientras que la Tierra se encuentra rotando, momento en el que atraviesa una región por la que pasó un comenta.
A su vez, cuando un cometa se acerca al Sol, se evaporan fragmentos de su cuerpo, que forman parte de su exterior, y dejan un remanente que es la "cola de polvo", pero además, sueltan una estela de piedra. Por consiguiente, la trayectoria por la que pasa un cometa queda colmada de pequeñas piedras que formaron parte del mismo.
"Cuando nuestra Tierra atraviesa la trayectoria por donde pasó el cometa, se encuentra con estas piedritas" que, más tarde, ingresan a la atmósfera de nuestro planeta. Ese justo momento es cuando la lluvia de estrellas es visible para los ojos de la o el espectador.
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