Este lomito, que vive en Estados Unidos, fue intervenido de urgencia para salvarle la vida
Coco es un perrito que por años vivió alcoholizado en Estados Unidos y cuya historia conmovió al volverse viral en redes sociales. El lomito vivía con su dueño en Devon, Pensilvania, hasta que el hombre murió. A partir de allí, mediante algunos estudios de rutina, se constató su adicción a las bebidas alcohólicas, motivo por el cual afrontó un duro tratamiento.
En Estados Unidos no había antecedentes de un perro alcohólico. Por eso, cuando especialistas y veterinarios se enteraron del caso, tuvieron que idear un plan especial y acorde para desintoxicar a la mascota, de la que tampoco sabían a ciencia cierta cuánta bebida ingería por día y durante cuánto tiempo.
El perrito de dos años, cruza de un labrador y un perro callejero, fue trasladado de inmediato al Woodside Animal Welfare Trust de Plympton una vez que se conoció que su dueño falleció y su situación debió ser atendida de inmediato, explicó El Periódico.
En el centro médico atendieron a Coco de emergencia y, paulatinamente, ha podido recuperar su estado de salud y hoy en día puede es un ejemplo para el resto de los animales.
En un comunicado, la clínica dijo que “estamos muy agradecidos porque ya estamos fuera de peligro, Coco ha dejado la medicación y empieza a comportarse como un perro normal. Aún no está listo para ser adoptado y, aunque físicamente parece haberse recuperado, mentalmente sigue estando muy ansioso a veces”.
La historia de Coco, un perro alcohólico
Por otra parte, remarcaron la importancia de haber recibido atención a tiempo: “Contar con la Unidad Dunroamin ha significado que se le ha podido cuidar en un entorno más hogareño y lejos de las perreras principales. El caso de Coco lo amerita por su gravedad”.
La historia de Coco, un perro alcohólico
Por otra parte, remarcaron la importancia de haber recibido atención a tiempo: “Contar con la Unidad Dunroamin ha significado que se le ha podido cuidar en un entorno más hogareño y lejos de las perreras principales. El caso de Coco lo amerita por su gravedad”.
Entre los cuidados paliativos que debió recibir Coco, quien se encontraba visiblemente afectado por la ingesta inusual de alcohol para este tipo de mascotas, se lo debió sedar durante cuatro semanas para evitar que sufriera ataques correspondientes al síndrome de abstinencia alcohólica.
Los médicos y especialistas que estuvieron durante todo este camino de recuperación, subrayaron que de no haber existido una terapia inmediata, la vida de Coco hubiese corrido serio riesgo: “Sabemos que sin nuestros cuidados, Coco probablemente no habría sobrevivido a esta dura experiencia”.